Un enfrentamiento entre dos poderosos bloques 🗝 causó entonces una fatalismo que una guerra desastrosa era inevitable. Si la historia realmente se repite, sería catastrófico por dos 🗝 razones. En primer lugar, porque la matanza en masa resultó ser el acto de calentamiento para lo peor en el 🗝 resto del siglo XX. De muchas maneras, seguimos viviendo en las secuelas. En segundo lugar, porque tal repetición probablemente resulte 🗝 en un infierno nuclear que devore la civilización humana, en lugar de una guerra terrible.
En dos artículos periodísticos la semana pasada, Sir Keir Starmer se comprometió a 🗝 mantener las armas nucleares y a aumentar el gasto en defensa al 2,5% del PIB. La sabiduría política prevaleciente sugeriría 🗝 que esto ofrece la necesaria distancia de su predecesor, aunque se debe tener en cuenta que los manifestos laboristas de 🗝 2024 y 2024 prometieron retener Trident y mantener el gasto en defensa en al menos 2%, la meta a la 🗝 que se han comprometido los miembros de la OTAN.
Lo primero es abandonar el fatalismo creciente sobre una guerra inminente. La mayoría de los británicos creen 🗝 que otra guerra mundial es probable en los próximos cinco a 10 años, y el 59% cree que se usarían 🗝 armas nucleares si estalla. La rendición masiva a la aniquilación nuclear me parece un problema. Dicho fatalismo ha sido impulsado 🗝 por los funcionarios militares de alto rango que declaran que debemos prepararnos para una guerra total con Rusia en las 🗝 próximas dos décadas, mientras que el secretario de Defensa, Grant Shapps, exhorta a prepararnos para guerras adicionales que involucren a 🗝 China, Rusia, Irán y Corea del Norte en los próximos cinco años. El general Sir Patrick Sanders, el jefe de 🗝 nuestro ejército, incluso llama a que la sociedad se coloque en un pie de guerra. Bueno, spare un momento para 🗝 los sobrevivientes desafortunados de un apocalipsis nuclear que desearán encarecidamente que se haya hecho más para evitar su suerte. Se 🗝 debería dar más pensamiento a la desescalada, en lugar de repetir el error previo a la Primera Guerra Mundial.